El estrés en los estudiantes adolescentes
En la actualidad, los adolescentes bajo las presiones sociales que viven constantemente, llegan a sufrir de estrés. Este fenómeno, supuestamente inofensivo, emerge como un factor clave en el desarrollo de la ansiedad y la depresión de los jóvenes, que incluso va en crecimiento. La presión académica, cumplir con las expectativas que la sociedad les exige, entre otros factores que contribuyen a la aparición del estrés, afectando no solamente a su salud mental, sino también afectando a su rendimiento académico y relaciones interpersonales.
El sistema educativo actual influye mucho en el estrés para los adolescentes. La competencia académica intensa, las altas expectativas de los padres y el no saber que les depara en el futuro puede generar una sensación abrumadora. Incluso la influencia de las redes sociales que dejan aspectos negativos en los adolescentes, como la comparación constante que fomenta la ansiedad y la baja autoestima. Además, las relaciones sociales también juegan un papel importante en el estrés de los adolescentes, el buscar ser aceptado y aprobado por otros, la presión por encajar y mantener ciertas apariencias puede resultar sumamente agotador emocionalmente.
Si no se llega a buscar ayuda, esto puede resultar en comportamientos perjudiciales, como el aislamiento social, la adicción de sustancias o en problemas de salud como el estreñimiento, dolor de cabeza, caída del pelo, entre otros, que a largo plazo podrían terminar en un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. No solo eso, sino que muchas veces al ser afectados por el estrés, estos desarrollan la ansiedad y por ende terminan en depresión, que como se ha visto en varios países, conlleva una decisión irreversible, como lo es el suicidio. Por ello es crucial enfrentar estos desafíos y tomar medidas educativas y sociales para combatir el estrés de manera saludable, implementando el ejercicio, algún hobby o distracción a nuestra rutina diaria, ya que está comprobado que reduce el riesgo de depresión y mejora el sueño, además de campañas que concienticen a toda la sociedad sobre las consecuencias negativas que la presión y exigencia sobre los estudiantes conducen a una situación terrible.
En conclusión, ante la notable presencia del estrés que a su vez tiene efectos negativos en su salud y vida de los adolescentes, la colaboración entre padres, educadores y profesionales de la salud mental es esencial para implementar estrategias efectivas que ayuden a los adolescentes a enfrentar y superar estas tensiones. Al reconocer y abordar el estrés en sus múltiples facetas, podemos contribuir a un entorno más saludable y equilibrado para las generaciones jóvenes, permitiéndoles desarrollarse de manera positiva y alcanzar su máximo potencial.
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